viernes, octubre 26, 2007

Fin ®

Esa noche con las manos en sus sienes, tratando de capturar la atención del sujeto se fue caminando lentamente a veces pausando su andar vomitando excusas muy impersonales que alguna vez había escuchado.
Las lágrimas se regeneraban de manera proporcionada al dolor que ambos estaban sintiendo.
Dos personas, el dolor, la muerte y un hijo que ya no estaba.

De nuevo la muerte los persuadía, con un anuncio voraz; silenciosamente los enamoraba y ellos se entregaban frente al reclamo impecable que los convertía en victimarios y los sacaba del porte auténtico de asesinos.
La muerte victoriosa devoraba las almas devastadas y ellos sin desistir pululaban en ella agraciando la culminación definitiva de tanto dolor.


Original de: mbr 2007

lunes, julio 03, 2006

Te extraño Clara ®

Abrió el ropero buscando la camisa rosada que había traído de Bahía Blanca. Encontró un viejo almanaque, -todos eran recuerdos- pensó, la inolvidable Clara volvió a su mente y él sonrió con dolor; Andrés continuaba amándola. El almanaque pertenecía al año en que se habían conocido, él guardaba cada pequeño o gran objeto que le recordara sus años con Clara.La ropa arrugada y apilada desordenadamente se deslizó hacia el suelo; -Clara se encargaba de la ropa- recordó Andrés. El almanaque en sus manos se deshizo y comenzó a deshojarse sobre la ropa blanca desparramada, cubriendo los géneros con delicadas mariposas sucias de papel azul. Desde que Clara no estaba con él Andrés ya no entendía muchas cosas.Corrió hacia la puerta con el cuerpo casi desnudo, pero la puerta no estaba y las paredes comenzaron a unirse, él en el medio, desorbitado y temiendo y sin Clara. Pudo ver el cielo, azul como las mariposas que cubrían su ropa tumbada en el suelo y a Andrés en el mismo sitio. Poco a poco la calma empezó a persuadirlo quiso tomar su rostro con las manos, pero su cuerpo había desaparecido, ahora las delicadas mariposas se alimentaban devorando su carne; no había sangre, no había dolor. Andrés extenuado dejo de luchar para salvarse, si alguna vez lo había hecho, las mariposas reían y caminaban hacinadas en el lugar que había dejado de ser una habitación; vencido dejó caer la toalla y pensó que quizá era el momento de encontrarse con Clara.


Original de: mbr (2005)