viernes, octubre 26, 2007

Fin ®

Esa noche con las manos en sus sienes, tratando de capturar la atención del sujeto se fue caminando lentamente a veces pausando su andar vomitando excusas muy impersonales que alguna vez había escuchado.
Las lágrimas se regeneraban de manera proporcionada al dolor que ambos estaban sintiendo.
Dos personas, el dolor, la muerte y un hijo que ya no estaba.

De nuevo la muerte los persuadía, con un anuncio voraz; silenciosamente los enamoraba y ellos se entregaban frente al reclamo impecable que los convertía en victimarios y los sacaba del porte auténtico de asesinos.
La muerte victoriosa devoraba las almas devastadas y ellos sin desistir pululaban en ella agraciando la culminación definitiva de tanto dolor.


Original de: mbr 2007